jueves, 17 de septiembre de 2009

Una muestra aúna arte y camuflaje como engaño para desenmascarar al sistema

Una treintena de artistas de catorce países han utilizado el camuflaje como elemento expresivo para sacar a la luz la verdad que a veces oculta el sistema, en una exposición que podrá visitarse hasta el próximo 1 de noviembre en la Casa Encendida.

"Camuflajes" incluye obras en distintos soportes -pintura, objetos, vídeos y fotos- que "componen un discurso que se va hilando", hasta completar un recorrido circular, ha explicado hoy uno de los comisarios de la muestra, Pedro Pizarro.

Maite Méndez, también comisaria, ha señalado en la presentación de la exposición que "arte y camuflaje quizá sean la misma cosa, porque el camuflaje se basa en el engaño visual y, si alguien sabe de eso, son los artistas".

La estrategia del camuflaje, según Méndez, se ha utilizado a lo largo de toda la historia del arte, aunque fue con el cubismo y con artistas de la cultura pop como Andy Warhol cuando comenzó a generalizarse como recurso.


El recorrido comienza con obras que abordan la realidad que a veces inventan los medios de comunicación y la publicidad, como el vídeo de Rogelio López Cuenca, que ha insertado poemas y mensajes como "Porque tú eres tú" a modo de cortinillas entre anuncios que publicitan productos basados en la imagen.

Sonia La Mur, "atrapada en la red" física y alegóricamente, es la recreación ficticia de una mujer idealizada que da paso a la segunda parte de la exposición: las identidades que no existen y que se van construyendo para adaptarse a diferentes entornos.

"El camuflaje consiste en ponerse en el lugar de otro, te haces pasar por él", ha explicado Méndez ante la obra del artista japonés Yasumasa Morimura, que escenifica imágenes que forman parte del imaginario colectivo del siglo XX, como el asesinato de Lee Harvey Oswald, interpretando él mismo a todos los protagonistas de la instantánea.

El mundo del arte también es objeto de reflexión. Carlos Miranda se apropia de las obras del resto de participantes de la muestra a través del personaje de Polaroid Star, una crítica de arte y comisaria de exposiciones que hace suyas las producciones de otros gracias a su cámara. "Es como mi alter ego", reconoce Méndez.

La comisaria ha defendido el sentido del humor y la ironía para trasladar un mensaje crítico con el sistema y con el ámbito político.

Una de las obras de la serie "Bunkers", de Leo Frabrizio. La Casa Encendida

Así, el camuflaje militar se transforma en danza y en un sillón de masaje con la obra de Juan Luis Moraza, y Leo Fabrizio retrata los búnkers mimetizados con el paisaje en Suiza, considerado uno de los países menos belicistas del mundo.

El camuflaje llega hasta el paisaje urbano con las cámaras de vigilancia que salpican las ciudades y obligan al transeúnte a escamotear su presencia para pasar inadvertido, tema empleado por Desirée Palmer, frente a la serie de fotografías "Crossing", de Maider López, con instantáneas casuales de personas que pasan por un edificio cuya fachada tiene el mismo color que su ropa.

Alfredo Jaar, Liu Bolin y Joan Fontcuberta, que fantasea con transformar "El hombre de la mano en el pecho" de El Greco, son sólo algunos de los artistas que han tratado el engaño visual en algún momento de su producción y han prestado obras a esta reflexión sobre la sociedad contemporánea que constituye "Camuflajes".


"El hombre de la mano en el pecho" de Joan Fontcuberta. La Casa Encendida

miércoles, 9 de septiembre de 2009

El teatro del absurdo y el drama se combinan en "Hombres de Shakespeare"

La compañía catalana Dei Furbi ha elegido un total de quince fragmentos de la producción shakeasperiana para crear "Hombres de Shakespeare", una puesta en escena en clave de humor de la obra del dramaturgo británico que estará en el Círculo de Bellas Artes hasta el próximo domingo.

Las situaciones más dramáticas y humanas de la obra de Shakespeare, en clave de humor absurdo y cómico, componen este montaje en el que baile, canto, mímica, juegos de palabras y hasta esgrima son utilizados como recursos expresivos por la directora de la representación, Gemma Beltrán.

Beltrán ha explicado hoy durante la presentación del espectáculo que la obra se ha ido "afinando, como un reloj suizo", según las reacciones del público y las improvisaciones que en los ensayos han ido enriqueciendo este montaje, creado "como espectáculo completo en el que los actores usan todos los elementos para dar vida al texto".

Óscar Bosch, Robert González y Toni Vinyals, en alternancia con Marc Vilavella, homenajean a los cómicos de la época de Shakespeare, que encarnaban indistintamente a hombres o mujeres, cambiando de género y desdoblando su personalidad según las exigencias del personaje.



Los enamorados de "Sueño de una noche de verano", los monarcas Enrique IV, V, VIII y Ricardo II, los montescos y capuletos enfrentados en "Romeo y Julieta", Calibán, Otelo y Macbeth son sólo algunos de los personajes que aparecen y se transforman sobre el escenario.

Los fragmentos escogidos, según Beltrán, hablan sobre el teatro, sobre la realidad y la ficción, y ponen de manifiesto que "no hace falta ser un gran erudito para disfrutar de la obra de Shakespeare".

El texto se complementa con la música en vivo de los violonchelos de Nerea de Miguel, Romain Boyer, Sara Guri y María Bou, en alternancia, que se convierten "en una voz más que siempre aparece, como los elementos mágicos de Shakespeare, y que los actores escuchan, pero no ven", ha aclarado Beltrán.

El vestuario de Ramón Ivars es otro de los protagonistas de este montaje que, después de su gira por Cataluña, ha sido traducido al castellano para las representaciones que tendrán lugar en el teatro Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes desde hoy hasta el domingo.

La puesta en escena, que se desarrolla con la única ornamentación de una vía de tren que representa el final de un camino, transcurre a lo largo de poco más de una hora en la que lo grotesco y lo cómico se funden para mostrar "el mundo como un circo", ha afirmado Beltrán.

martes, 1 de septiembre de 2009

La crisis duplica el número de usuarios de los baños públicos

El número de personas que recurren a las duchas de la Casa de Baños del madrileño barrio de Embajadores ha pasado de 150 a 300 en tan solo un año debido a la crisis económica y la mejora del servicio.

Un precio asequible -15 céntimos de euro por 20 minutos de agua caliente- y unas instalaciones reformadas y limpias constituyen el atractivo de este servicio que según la coordinadora del centro, Inmaculada Gómez, cada vez usan más españoles que se han quedado en paro o han perdido sus casas.

La mayoría de los usuarios son hombres (un 90 por ciento) que, de forma habitual, acuden al centro para asearse porque viven en casas antiguas sin baño, comparten piso, están haciendo reformas en su casa o viven en la calle.

En la fachada blanca de este edificio de tres plantas situado en plena Glorieta de Embajadores, peces de colores y las letras de "Casa de Baños" comparten protagonismo, lo que confunde a muchos viandantes que entran pensando que se trata de una tienda de muebles de baño.

Casa de baños en plena Glorieta de Embajadores. MnGyver

El blanco exterior plasma la claridad que impera dentro del edificio y la pulcritud de las cabinas de ducha, que son limpiadas después de casa uso y antes de ser asignadas a un nuevo bañista.


Muchos de los usuarios son personas mayores que tardan en desvestirse, así que el contador de 20 minutos de agua caliente no empieza a correr hasta que se avisa al grito de "¡Agua a la cabina seis!".

"Vengo a la desinfección", bromea Juanita, una anciana de 81 años que acude a diario a estas instalaciones porque su casa no dispone de ducha ni bañera.

"Alguna vecina que tiene ducha me dice que no venga hasta aquí, que me asee en su casa, pero yo no tengo que molestar a nadie teniendo unos baños tan hermosos como estos", explica Juanita mientras sostiene en sus manos la redecilla que se pone para ir a casa con el pelo húmedo y peinarse allí con el secador.

La instalación de secadores en una de las peticiones más frecuentes, pero, según Inmaculada, se trata de algo "inviable" ya que con la humedad de los baños se podrían producir accidentes. Jabón, toallas, cuchillas de afeitar y hasta chanclas son algunas de las solicitudes más comunes de los usuarios de este servicio que se ofrece a diario de 08.30 a 19.00 horas, y los domingos y festivos, sólo hasta las 15.00 horas.

La mañana es el momento del día con más afluencia de público. Muchas personas tienen que asearse antes de ir a trabajar y, en invierno, quienes han dormido en la calle -el 22 por ciento de los usuarios- acuden a los baños para entrar en calor con los 20 minutos de agua caliente. Según Jorge, un canario afincado en Madrid desde hace cinco años, este servicio, es un "lujazo" para los que como él no tienen domicilio fijo, pero les gusta ir aseados.

A principios del siglo XX en Madrid llegaron a existir hasta cuatro Casas de Baños públicas de las que sólo quedan la de Tetuán, en la calle Bravo Murillo, y la de Embajadores, que desde 2008 es gestionada por una empresa privada en lugar de por los trabajadores del Ayuntamiento de Madrid.

Este servicio de origen árabe ha ido evolucionando y actualmente las Casas de Baños se encargan también de atender a personas en situación de exclusión social.