domingo, 19 de agosto de 2012

Gin Tonic: la bebida de moda tiene su propia liturgia

Surgió en la India de principios del XIX y, tras décadas expatriado de la lista de cócteles populares, el gin tonic se ha instalado como bebida favorita de los paladares más exquisitos, atentos a las últimas tendencias para su preparación.

El "maitre" del Café de Oriente y profesor del curso de gin tonics de la escuela Estudios Superiores Abiertos de Hostelería, Juan Carlos Sánchez, ha explicado a Efe que, pese a las variaciones en su receta, este cóctel cuenta con una liturgia propia cuyos pasos hay que respetar para dar con la mezcla apropiada.

"De no ser más que ginebra, tónica y una rodaja de limón, el gin tonic parece ahora una ensalada", ha bromeado Sánchez quien aprovecha la versatilidad de las llamadas "ginebras premium" -que suman más ingredientes botánicos a los tradicionales, lo que otorga al destilado reminiscencias florales o cítricas- para hacer mezclas más complejas.

Canela, naranja, pétalos de flores, pepino y el toque ligeramente picante del jengibre son algunos de los aditivos más habituales en este combinado cuyo éxito, según Sánchez, ha sorprendido a los profesionales del sector, testigos del ascenso de una bebida "que gustaba muy poco porque era un tanto fuerte, seca y amarga".

Para este experto, los fabricantes de ginebra han hecho un esfuerzo por democratizarla añadiendo a su composición nuevos botánicos que las hacen más frescas y agradables y que ha obtenido como resultado una popularidad "que, al contrario de lo que ocurrió con otras modas, no parece pasajera".




Aprender a preparar un buen gin tonic se convierte así en asignatura obligatoria para los amantes de los cócteles cuya primera lección es "que nunca deben hacer lo que se ha hecho en España toda la vida: servirlo en vaso de tubo y con mucho hielo".

El formato es muy importante: el vaso (preferiblemente una copa balón de unos 60 centilitros) debe ser lo suficientemente grande para que quepa todo el combinado, es decir, unos 5 centilitros de ginebra, hielo -mejor en cubitos, nunca picado- y la tónica, que debe estar bien fría.

Enfriar la copa removiendo los hielos que ya se han añadido y retirando después el agua resultante, servir la tónica inclinando la copa para que no pierda sus burbujas y añadir algún toque cítrico son algunos de los consejos para preparar un buen gin tonic que debe consumirse en 15 minutos, antes de que empiece a aguarse.

No hay que olvidarse del toque decorativo a elección del barman: desde espirales de piel de naranja hasta ramas de canela pasando por láminas de pepino, todo vale con tal de devolver a este cóctel la etiqueta de exclusivo que un día le fue indiscutible.