El año pasado Paco Roca recibía el Premio Nacional del Cómic por Arrugas, una obra que narra la vida en el geriátrico de un enfermo de alzheimer. Su éxito fue tal que llevó a Roca a una gira maratoniana de promoción que le hizo sentir "como una especie de Pocholo de los tebeos".
En esos meses de viajes, "bolos" y momentos en los que "tu secretaria te da un sobre con lo que tendrás que hacer, te subes a un tren y te conviertes en una especie de agente secreto que va de misión en misión" acabó de gestarse su último proyecto, Las calles de arena (Atisberri).
En este cómic, como él, "como todos", los personajes se sienten perdidos, sin tiempo para hacer lo que les gusta, pero incapaces de cambiar sus vidas. Se trata, explica Roca, de una obra coral, "con muchas lecturas y muchos personajes de los que todos tenemos un poco", inspirados por "amigos que tienen esas manías repetitivas que no les dejan avanzar" y por sus propios temores.
Las calles de arena, de Paco Roca. pacoroca.com
El protagonista de la historia, del que se desconoce hasta su nombre nombre, "casi carece de personalidad, es un personaje neutro que consigue involucrarnos en la historia" y va descubriendo al lector las vidas y constumbres del resto de personajes y de una ciudad "de arena" que amanece infinita y distinta cada día y de la que parece imposible escapar.
La última obra de Roca cuenta además con numerosas referencias oníricas y literarias, desde el título, en alusión al relato de Jorge Luis Borges 'El libro de arena', hasta escenas kafkianas, personajes inspirados en las historias de Edgar Allan Poe e ilustraciones que recuerdan a las pinturas de Salvador Dalí.
Con la lectura del cómic, el lector tiene la oportunidad de reencontrarse y de descubrir que la la desidia no tiene por qué ser el timón que guié su vida.
"La inmortalidad es como las vacaciones de verano. Se apodera de ti la apatía, hay tiempo, todo lo dejas para mañana y al final nunca haces nada"
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