Elaborar un plan de emergencias tras un tsunami o crear un banco en tiempos de crisis son algunos de los problemas que han tenido que resolver cuatro estudiantes de ingeniería españoles para ganar la competición BEST, en la que participan a los mejores de Europa.
Dos estudiantes de la Universidad Carlos III de Madrid, Miguel Robelas y Carlos Trejo, y dos de la Politécnica de Cataluña, Anna Inetskaya y Daniel Jiménez, han sido los ganadores de una competición en la que se enfrentaron a 80 estudiantes de 18 países de Europa y que puso a prueba su lógica, creatividad y conocimientos técnicos.
Después de ganar en las fases local y nacional, el equipo llegó a Gante (Bélgica), donde se celebró a principios de este mes la final europea de la competición que organiza la asociación de estudiantes de ingeniería BEST.
Las pruebas, según ha explicado la responsable de contenidos de la competición, Lucía Marquina, van más allá de los conocimientos técnicos, "que son necesarios para saber qué ideas son aplicables y cuáles son una utopía", y tratan de comprobar la capacidad de los estudiantes para economizar y exponer su proyecto.
El problema más complejo al que se enfrentaron los 40 ingenieros que competían en la categoría de "Case Study" fue la elaboración de un plan de emergencias, a corto, medio y largo plazo, para un país recién asolado por un tsunami.
Para Daniel, estudiante de Telecomunicaciones y voluntario en Cruz Roja desde hace tres años, la prueba del tsunami fue la más "creativa" de una competición que le ha hecho "disfrutar" con los retos que les proponían y ha sido "enriquecedora" por los contactos profesionales que ha hecho.
El responsable de financiación de BEST, Aleix Torres, ha destacado que la competición sirve para unir a empresas, "que conocen las ideas frescas de los jóvenes", y estudiantes "que tienen una buena oportunidad de introducirse en el mundo laboral".
El navegador para Internet Ópera está estudiando las propuestas de los estudiantes para introducir mejoras en su producto, y el equipo español dio con un resultado que ya se estaba aplicando en la vida real cuando se les planteó la creación de un banco como solución anticrisis.
"Engancha porque es un desafío en un espacio de tiempo muy concreto y puedes comparar tus resultados con los de los demás", sostiene Carlos, que opina que el éxito de su equipo estuvo en el "equilibrio" entre ingenieros industriales y de telecomunicaciones.
En mayo del próximo año se celebrará en Canadá la final internacional de esta competición que, tras repartir 36.000 euros entre los ganadores de las fases local y nacional en España, ofrece como alicientes en sus fases finales la posibilidad de entablar más contactos profesionales y de enfrentarse a nuevos retos.
El equipo español espera con ilusión la final. "Ya estamos mejorando el inglés, leyendo algún libro de management y practicando nuestra oratoria", explica Anna, que defiende que la "diversidad" que aportan los estudios de ingeniería junto a una formación complementaria "hacen el futuro".
Dos estudiantes de la Universidad Carlos III de Madrid, Miguel Robelas y Carlos Trejo, y dos de la Politécnica de Cataluña, Anna Inetskaya y Daniel Jiménez, han sido los ganadores de una competición en la que se enfrentaron a 80 estudiantes de 18 países de Europa y que puso a prueba su lógica, creatividad y conocimientos técnicos.
Después de ganar en las fases local y nacional, el equipo llegó a Gante (Bélgica), donde se celebró a principios de este mes la final europea de la competición que organiza la asociación de estudiantes de ingeniería BEST.
Las pruebas, según ha explicado la responsable de contenidos de la competición, Lucía Marquina, van más allá de los conocimientos técnicos, "que son necesarios para saber qué ideas son aplicables y cuáles son una utopía", y tratan de comprobar la capacidad de los estudiantes para economizar y exponer su proyecto.
El problema más complejo al que se enfrentaron los 40 ingenieros que competían en la categoría de "Case Study" fue la elaboración de un plan de emergencias, a corto, medio y largo plazo, para un país recién asolado por un tsunami.
Para Daniel, estudiante de Telecomunicaciones y voluntario en Cruz Roja desde hace tres años, la prueba del tsunami fue la más "creativa" de una competición que le ha hecho "disfrutar" con los retos que les proponían y ha sido "enriquecedora" por los contactos profesionales que ha hecho.
El responsable de financiación de BEST, Aleix Torres, ha destacado que la competición sirve para unir a empresas, "que conocen las ideas frescas de los jóvenes", y estudiantes "que tienen una buena oportunidad de introducirse en el mundo laboral".
El navegador para Internet Ópera está estudiando las propuestas de los estudiantes para introducir mejoras en su producto, y el equipo español dio con un resultado que ya se estaba aplicando en la vida real cuando se les planteó la creación de un banco como solución anticrisis.
"Engancha porque es un desafío en un espacio de tiempo muy concreto y puedes comparar tus resultados con los de los demás", sostiene Carlos, que opina que el éxito de su equipo estuvo en el "equilibrio" entre ingenieros industriales y de telecomunicaciones.
En mayo del próximo año se celebrará en Canadá la final internacional de esta competición que, tras repartir 36.000 euros entre los ganadores de las fases local y nacional en España, ofrece como alicientes en sus fases finales la posibilidad de entablar más contactos profesionales y de enfrentarse a nuevos retos.
El equipo español espera con ilusión la final. "Ya estamos mejorando el inglés, leyendo algún libro de management y practicando nuestra oratoria", explica Anna, que defiende que la "diversidad" que aportan los estudios de ingeniería junto a una formación complementaria "hacen el futuro".
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