La artista británica Duffy presentó hoy en Londres su nuevo álbum, Endlessly, en el que la cantante que saltó a la fama con temas como Mercy ha apostado por los ritmos propios de la música disco, en lugar de por el soul clásico que le llevó a la fama hace dos años en su primer trabajo de estudio.
Duffy cambia de fórmula, pero no renuncia a sus grandes sellos personales: su voz, una de las más peculiares del panorama musical actual, y el estilo Motown que consiguió que su primer disco, Rockeferry (2008), fuera uno de los más exitosos del año con más de 6,5 millones de copias vendidas en todo el mundo.
Well, well, well, el primer sencillo de un álbum que saldrá a la venta el próximo 29 de noviembre, fue el tema elegido por Aimee Anne Duffy para dar comienzo a un concierto de presentación que tuvo lugar en el teatral Café de París del centro de Londres, al que sólo tuvieron acceso periodistas y un selecto grupo de invitados.
Los ritmos funkies de Well, well, well continuaron con Keeping my baby, una canción que dio paso a un par de baladas, Endlessly y Too hurt to dance, para las que la cantante y compositora galesa contó con la colaboración de media docena de violinistas y violonchelistas.
"Este disco no es una vuelta al panorama musical porque nunca me he marchado", advirtió a los asistentes Duffy, que hacía dos años que no grababa un álbum de estudio.
Ataviada con una falda larga con una llamativa apertura central que dejaba entrever toda la longitud de sus piernas, impresionó con su imponente voz en directo, pero dejó claro que el baile no es uno de los fuertes de su puesta en escena.
Lovestruck y My boy fueron otras de las canciones interpretadas por Duffy que, para la preparación de Endlessly, ha contado con la ayuda del veterano compositor Albert Hammond, autor de emblemáticas canciones como When I need you.
Con los primeros acordes de Mercy, la artista de 26 años se desató y, micrófono en mano, pidió al público que coreara junto a ella el estribillo de una canción que consiguió que los asistentes se arrancaran a bailar.
Ganadora de un Grammy y de tres "Brits", los premios musicales más importantes del Reino Unido, Duffy es una de las voces más destacadas de la nueva generación de intérpretes femeninas que tienen como referencia a los clásicos de los años sesenta y a las artistas del sello Motown.
Considerada una de las grandes estrellas del soul británico junto a la polémica Amy Winehouse, la joven se dio a conocer en 2003 en la versión galesa de concurso de talentos Operación Triunfo.
Duffy cambia de fórmula, pero no renuncia a sus grandes sellos personales: su voz, una de las más peculiares del panorama musical actual, y el estilo Motown que consiguió que su primer disco, Rockeferry (2008), fuera uno de los más exitosos del año con más de 6,5 millones de copias vendidas en todo el mundo.
Well, well, well, el primer sencillo de un álbum que saldrá a la venta el próximo 29 de noviembre, fue el tema elegido por Aimee Anne Duffy para dar comienzo a un concierto de presentación que tuvo lugar en el teatral Café de París del centro de Londres, al que sólo tuvieron acceso periodistas y un selecto grupo de invitados.
Los ritmos funkies de Well, well, well continuaron con Keeping my baby, una canción que dio paso a un par de baladas, Endlessly y Too hurt to dance, para las que la cantante y compositora galesa contó con la colaboración de media docena de violinistas y violonchelistas.
"Este disco no es una vuelta al panorama musical porque nunca me he marchado", advirtió a los asistentes Duffy, que hacía dos años que no grababa un álbum de estudio.
Ataviada con una falda larga con una llamativa apertura central que dejaba entrever toda la longitud de sus piernas, impresionó con su imponente voz en directo, pero dejó claro que el baile no es uno de los fuertes de su puesta en escena.
Lovestruck y My boy fueron otras de las canciones interpretadas por Duffy que, para la preparación de Endlessly, ha contado con la ayuda del veterano compositor Albert Hammond, autor de emblemáticas canciones como When I need you.
Con los primeros acordes de Mercy, la artista de 26 años se desató y, micrófono en mano, pidió al público que coreara junto a ella el estribillo de una canción que consiguió que los asistentes se arrancaran a bailar.
Ganadora de un Grammy y de tres "Brits", los premios musicales más importantes del Reino Unido, Duffy es una de las voces más destacadas de la nueva generación de intérpretes femeninas que tienen como referencia a los clásicos de los años sesenta y a las artistas del sello Motown.
Considerada una de las grandes estrellas del soul británico junto a la polémica Amy Winehouse, la joven se dio a conocer en 2003 en la versión galesa de concurso de talentos Operación Triunfo.
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