El cantante galés Tom Jones presentó hoy su nuevo disco, "Praise and Blame", en una antigua iglesia londinense reconvertida en sala de conciertos en la que los temas gospel y soul del nuevo álbum del artista resonaron como si fueran plegarias.
Pese a que en unos días cumplirá 70 años, el Tigre de Gales demostró que su voz sigue teniendo la fuerza y el encanto aterciopelado que le lanzaron a la fama hace casi cinco décadas y que hoy le mantienen en la primera línea del panorama musical.
El ambiente íntimo, casi místico, de la antigua iglesia situada en el selecto barrio de Mayfair, fue el escenario perfecto para la presentación de un disco en el que los sonidos gospel y soul comparten protagonismo con los temas más rockeros.
La primera canción del concierto, "What good I am", uno de los sencillos del álbum que ya se han podido escuchar en las radios británicas, sonó como un himno eclesial, como una plegaria, en el escenario situado en el antiguo altar de la iglesia donde Jones, vestido con ropa clara, parecía el maestro de ceremonias de un acontecimiento sagrado.
"No me culpéis si no suena como es debido", dijo Jones al inicio de una canción que interpretaba por primera vez en directo y que en seguida consiguió que el público asistente se animara a corear el estribillo y acompañara con palmas el ritmo de la melodía.
En mitad de uno de los temas, el Tigre de Gales sufrió un pequeño lapsus de memoria que le hizo parar para preguntar a sus músicos cómo continuaba la letra, pero lo llevó con tanta naturalidad y humor que arrancó la risa del público.
"To make me human, to make me whole" (para hacerme humano, para hacerme completo), coreaba el estribillo de la canción que por unos instantes Jones olvidó y que, como recordó al final, explicaba "que todos somos humanos".
Después de vender alrededor de 70 millones de discos a lo largo de toda su carrera, Jones vuelve al panorama discográfico con canciones compuestas por Bob Dylan, el cantante de blues John Lee Hooker y el artista country Billy Joe Shaver, entre otros.
Tom Jones, sir Tom Jones, regresa así con un disco repleto de ritmos populares que encajan a la perfección con su incombustible voz que hoy, en un concierto de apenas media hora, supo a poco al centenar de asistentes.
Faltaron "Delilah", "Is not unusual" y hasta "Sex Bomb", que habrían restado protagonismo al nuevo repertorio del galés que tiene prevista su próxima cita con el público en el MGM Grand de Las Vegas, donde es habitual verle actuar durante 10 ó 12 semanas al año.
El 26 de julio saldrá al mercado "Praise and Blame", un disco en el que, como se encargó hoy de demostrar, la sensual voz de Jones vuelve a sonar tan cálida y con tanta fuerza como de costumbre.
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