Servido en sucesivos "vuelcos" de sopa, garbanzos, verdura y carne, preparado a 
buena temperatura y en cantidades abundantes, el cocido madrileño es un clásico de la gastronomía española que 
resiste en los menús de restaurantes y en las peticiones de los clientes incluso 
cuando el calor más aprieta. 
Algunos restaurantes especializados en este 
plato aprovechan la época estival para cerrar por vacaciones o dar salida a 
otras propuestas de su menú, pero son muchos los reductos en los que se puede 
consumir un buen cocido en 
cualquier época del año. 
El propietario del restaurante "Malacatín", José 
Rodríguez, ha explicado que, pese a que estos días las temperaturas 
superan los 35 grados en la capital, "un 90 por ciento" de sus clientes siguen 
demandando este guiso que se sirve a la misma temperatura y cantidad durante 
todo el año. 
Ni gazpacho para acompañar, ni dejar el plato a medias: "el que 
viene a comer cocido en verano es 
porque quiere comer este cocido y 
lo hace con todas las consecuencias", ha bromeado Rodríguez quien admite que, 
tras 117 años abierto, "Malacatín" suele aprovechar un par de semanas del verano 
para acometer algunas reformas. 
Mara Verdasco, gerente de "La Bola", un 
restaurante que prepara su cocido 
en cazuelas de barro -con forma de "bola", de ahí el nombre del local- que 
cuecen durante más de cuatro horas en carbón de encina, cuenta que la única 
concesión que hacen en su carta al verano es la incorporación de ensaladas y 
melón y sandía de postre. 
Lejos de la creencia popular de que los platos de 
cuchara en verano dan más calor, Verdasco defiende que "sientan mejor, porque el 
cuerpo está a la misma temperatura que el guiso". 
Imagen del cocido tal y como se sirve en el restaurante La Bola. Foto cortesía de este establecimiento.
Quienes aún no se 
convenzan de que comer cocido en 
verano no está de más, "El Boñar de León", regentado por Florentino Díez desde 
hace más de 50 años, regala un viaje al Caribe a quienes coman su "cocido completo" sin dejar ni un 
garbanzo. 
Pese a este gran aliciente, Díez reconoce que "con esta calentura 
no apetecen las cosas así de cuchara" y que es a partir de mediados de 
septiembre cuando el local recupera su ritmo habitual de cuatro cazuelas de cocido al día, que en verano se 
reducen a una. 
En el casi medio siglo que lleva preparando uno de los cocidos más conocidos de Madrid, 
Díez admite que el gusto del público no ha cambiado porque "es un plato que a 
todo el mundo le agrada", pero sí el apetito: "la gente tiene menos saque, 
mantenemos el cartel del viaje, pero ya nadie viene con ese ánimo". 
Especialistas en el guiso madrileño por excelencia como "Don Cocido" cierran estos días por 
vacaciones y el restaurante "El Charolés" de San Lorenzo de El Escorial, 
considerado por críticos y público el mejor cocido de la región, reserva estos meses su plato 
estrella a grupos y por encargo. 

 


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