lunes, 29 de noviembre de 2010

Duffy: "Siento que mi nuevo disco es un paso adelante en mi carrera"

Duffy, la veinteañera británica que saltó a la fama con canciones como Mercy, lanza hoy al mercado su nuevo álbum, Endlessly, un trabajo discográfico que ya siente como "un paso adelante" en su carrera.

Duffy tenía solo 23 años cuando consiguió que su primer trabajo, Rockeferry (2008), fuera uno de los más exitosos del año con más de 6,5 millones de copias vendidas en todo el mundo, un logro que, según ella misma reconoce, la hizo sentir que "dejaba de tener los pies sobre la tierra".

Sin embargo, lejos de conformismos, la artista galesa, poseedora de una de las voces más peculiares del panorama actual, confiesa que siempre ha visto el vaso "medio lleno".

"Pero eso no es negativo -puntualiza-, sino que me empuja a seguir buscando algo más. Siempre hay algo más que decir, algo nuevo que experimentar, algún objetivo que lograr".

Tras dos años sin grabar nuevas canciones, Aimee Anne Duffy achaca el parón discográfico a las giras, que la han mantenido ocupada durante todo este tiempo, tras el cual se ha vuelto a sentir "preparada" para "trabajar en un nuevo material".

Para su segunda aventura discográfica ha contado con la colaboración del compositor gibraltareño Albert Hammond, autor de emblemáticas canciones como When I need you, con quien la cantante sintió "una gran conexión", lo que ayudó a la preparación de la decena de canciones que forman parte de Endlessly.

"Hammond tiene más energía que cualquier persona que conozca, y eso que tiene casi 40 años más que yo", comentó Duffy, quien también disfrutó con la contribución del grupo de hip hop estadounidense The Roots a la canción Well, Well, Well, el que ya es el primer sencillo de un álbum en el que la cantante ha cambiado los sonidos soul por la música disco.

"Me gusta el hip hop, ¿por qué no incluirlo? Hay que experimentar y desarrollar nuevos sonidos. Siempre he considerado que repetirme a mí misma sería engañar, como servir dos noches seguidas la misma cena. Hay que seguir avanzando", explicó para describir este cambio de sonidos que no considera una evolución, sino un pretexto para hacer canciones más bailables.

Aunque el baile no es su fuerte -le gusta "sentir el ritmo de la música, dejarse llevar", pero no se siente cómoda con las coreografías-, la ayuda a expresarse sobre el escenario.

Precisamente este disco tiene un importante "trasfondo personal" y es un ejercicio de "valentía" que le ha permitido sentarse a solas consigo misma para expresar lo que siente.

"Una vez que escribo las canciones, cierro el libro, no miro atrás para reflexionar", dice Duffy, a quien no asustan las comparaciones con otras de las grandes voces del soul como Amy Winehouse o Dusty Springfield, porque comprende que "la gente siempre busca referentes para describir lo que está escuchando".


Duffy regresa al panorama discográfico fiel a su particular estilismo vintage. Duffy.

Depeche Mode, Joy Division y David Bowie son algunos de sus artistas favoritos, pero si disfruta con la música de alguien es con la de Édith Piaf.


"Me pongo a escuchar La vie en rose y, aunque no entiendo la letra, da igual, porque su voz es tan espléndida que basta escucharla para sentir el significado de la canción", comenta Duffy, para quien "lo que escuchamos, la ropa que llevamos y lo que hemos vivido, hacen de nosotros la persona que somos".


"Yo escucho música que sonaba 40 años antes de que naciera y visto ropa pasada de moda. No sé en qué me convierte todo esto, pero sólo así me siento yo misma", afirma.

Los ritmos funkies de Well, well, well y Keeping my baby y las baladas Endlessly y Too hurt to dance, son las grandes apuestas de un disco con el que Duffy busca "volver a conectar con el público y que las nuevas canciones se incorporen a las bandas sonoras de sus vidas" antes de plantearse volver a salir de gira.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

El nuevo teatro de Shakespeare abre las puertas al siglo XXI en Stratford

La pequeña ciudad inglesa que vio nacer a William Shakespeare en 1564 reabre, tras una profunda transformación, un complejo teatral dedicado al dramaturgo para acercar obras tan universales como Macbeth o Romeo y Julieta al público del siglo XXI.

Reunidos en un mismo edificio, los teatros Royal Shakespeare y Swan, de Stratford-upon-Avon, se han abierto hoy a un público impaciente por ver los frutos de una reforma que ha costado tres años y un presupuesto de 112,8 millones de libras (unos 177 millones de dólares).

La acústica del edificio se ha cuidado tanto que incluso los susurros de los actores en las escenas más íntimas podrán escucharse desde cualquiera de las 1.050 butacas del complejo.

Se han eliminado 350 asientos para reducir el número de localidades con poca visibilidad, el escenario ha sido completamente renovado, aunque manteniendo su personalidad isabelina como seña de identidad del auditorio, y los espacios de acceso a las salas han adoptado un diseño diáfano para que el público disfrute al tiempo del paisaje que rodea al edificio.

Los dos teatros, que tienen todo a su favor para convertirse en los mejores escenarios del mundo para acoger las obras del más famoso dramaturgo de todos los tiempos, tienen como aliado el propio entorno de Stratford, al que se le ha dado un papel protagonista en el diseño del nuevo complejo, construido sobre las ruinas del anterior escenario, de 1932.

Vista del edificio en del entorno natural de Stratford. RSC.

A orillas del río Avon, con la Holy Trinity Church -la iglesia en la que está enterrado Shakespeare- visible prácticamente desde todas las partes del edificio, el idilio con Stratford se completa con la torre de 8 plantas y 36 metros de altura que permite divisar desde su cima la casa donde nació el dramaturgo, la escuela que frecuentó y el que fue su hogar.

Esta nueva casa de la Royal Shakespeare Company (RSC), erigida en el lugar que desde 1769 ha acogido distintas salas dedicadas al autor de Hamlet, ha sido construida tras la demolición, hace tres años, del anterior edificio, menos funcional, pero con emblemáticos elementos art nouveau.

Varias ornamentaciones se han mantenido, como la puerta de entrada de bronce y aluminio o la ventanilla de venta de entradas, ahora ubicada en el pasillo principal de la planta baja.

El director artístico de la RSC, Michael Boyd, explicó en la presentación que "el objetivo" era conseguir que "obras de teatro que ya tienen cuatro siglos, sigan llegando al público durante los próximos 100 años".

El nuevo teatro añaden intimidad a las representaciones, fomentan la cercanía ente actores y público y democratizan el arte con espacios comunes compartidos por todos los espectadores, como restaurantes y pequeños espacios para acoger exposiciones.

De esta manera se ha conseguido que el coliseo dedicado a Shakespeare se convierta además en un lugar de encuentro para acercarse a la figura del famoso dramaturgo.

Shakespeare está presente en todo el edificio en forma de pequeños guiños al público como proyecciones de algunas de sus citas más inmortales: "Ser, o no ser. Ésa es la cuestión", o una silla que invita a reposar sobre ella pero que "protesta" cuando algún incauto se sienta al grito de algunos de los insultos más divertidos y curiosos de las obras del autor.

A partir de hoy y hasta el 3 de abril, el público podrá visitar las nuevas instalaciones, pero no será hasta el próximo febrero cuando el nuevo teatro estrene su escenario con El Rey Lear, pistoletazo de salida de las celebraciones del 50 aniversario de la compañía, que se celebrará con una nueva producción de Macbeth, dirigida por Boyd.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Fernando Montaño, un bailarín con mucho que ofrecer al Royal Ballet


El joven bailarín colombiano Fernando Montaño no es un recién llegado al Royal Ballet británico, pero siente que aún tiene mucho que aprender y ofrecer antes de llegar adonde ha llegado, por ejemplo, el cubano Carlos Acosta.

"Todos queremos ser como Acosta", afirmó Montaño en una entrevista, refiriéndose al bailarín que le apadrinó a su llegada a la Opera House londinense hace ya casi cinco años.

En este lustro, Montaño ha pasado de la categoría de "artista" a la de "primer artista", pero sabe que aún le quedan algunos peldaños que ascender antes de llegar a ser "primer bailarín", la más alta categoría en la particular jerarquía del ballet.

Montaño tenía 20 años cuando aterrizó en Londres sin saber inglés, pero dispuesto a mostrar lo mejor de sí en una audición de dos días para formar parte del Royal Ballet, la primera compañía de ballet del Reino Unido.

Acosta había hablado de él, pero su talento y su currículum fueron sus mejores avales y Montaño recibió la noticia de que había sido aceptado en la compañía el mismo día de la audición.

Fernando Montaño, primer artista en el Royal Ballet de Londres. Fernando Montaño.


Con 12 años, "una edad tardía para un bailarín", Montaño comenzó su formación en el mundo del ballet en la Escuela Nacional de Colombia, "un país con poca tradición en la que sólo hay una escuela que complemente las clases de baile con las de español y matemáticas".

Tan solo dos años después, consiguió una beca para continuar su formación en Cuba, donde, según relató, los bailarines son considerados prácticamente ídolos y donde tuvo ocasión de conocer a Acosta.

"Llegué en un año muy difícil para el país, cuando se produjo la crisis del niño Elián González. Los transportes no funcionaban, estaba lejos de mi familia, que no era rica, pero teníamos todo lo necesario, y pasé un primer año muy duro", relata el joven bailarín, para quien el sacrificio mereció la pena porque gracias a la formación que recibió en Cuba consiguió dar el salto a Europa.

Italia primero y el Reino Unido desde hace cinco años han sido testigos desde entonces de los progresos de este bailarín que, junto al resto de compañeros del Royal Ballet, ensaya una media de 8 horas diarias.

De Colombia echa de menos a su familia, a su madre, que falleció cuando él llevaba sólo dos meses en el Royal Ballet, el clima y las frutas tropicales. Pero Montaño tiene la suerte de ver cómo gracias a su sacrificio está empezando a cosechar buenos resultados.

Desde su llegada al Royal Ballet ha conseguido pasar de "artista" a "primer artista", lo que conlleva que se multipliquen sus participaciones en las funciones y que pueda mostrar más de sí mismo en escena.

En el pase de Cinderella (Cenicienta) de este fin de semana, Montaño figuraba como un miembro más del cuerpo de baile, hacía el papel del Bufón, que conlleva además una gran carga interpretativa, y representaba a uno de los cuatro caballeros de las hadas.

"Es muy difícil compatibilizar tantos papeles. Tienes que estar pendiente de la posición, de los pasos, de la música... y a veces los compañeros no ayudan", confiesa el bailarín, quien sostiene que las rivalidades y la competitividad a veces hacen mella en la relación entre compañeros.

Su ambición es llegar a ser primer bailarín en los próximos tres años y su sueño, conseguir ser artista invitado en la Ópera de París y el Metropolitan de Nueva York.

Sin embargo, mantiene los pies en la tierra, sabe que una lesión podría dar al traste con todo en cualquier momento y por eso procura cuidarse, comer sano -"aunque sin pasar hambre"-, no salir mucho y estar atento a cualquier molestia muscular para que no vaya a más.

Es consciente de que la carrera de bailarín tiene un corto recorrido, por eso ocupa el poco tiempo libre que le queda en hacer algún trabajo como modelo, recibir clases de interpretación y dedicarse a una de sus grandes pasiones, la pintura.

Se siente afortunado de tener la oportunidad de trabajar junto a bailarines de la talla de Acosta y la española Tamara Rojo porque, según reconoce, aún le queda mucho que aprender de ellos para seguir subiendo escalones en el mundo del ballet, una disciplina en la que los sueños solo se cumplen a base de mucho esfuerzo y grandes sacrificios.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Daniel Radcliffe, tras el fin de la saga Harry Potter: "No temo encasillarme"

Ha pasado casi la mitad de su vida interpretando el papel del mago protagonista de la saga Harry Potter, pero Daniel Radcliffe no teme encasillarse y aborda con optimismo el final de la saga: "Ahora tendré más tiempo para embarcarme en nuevos proyectos", dice.

Con su papel de joven atormentado en la producción teatral Equus, el West End londinense ya pudo comprobar que Radcliffe no se conformaría con ser recordado como el niño que creció como protagonista de una de las franquicias más taquilleras de la historia del cine.

"Realmente confío en que el público pueda verme como alguien diferente y me siga apoyando a partir de ahora", declaró hoy Radcliffe, que presentó hace unos días en Londres Las Reliquias de la Muerte, la primera parte de la última entrega de una saga de la que ha dicho que es "un genial comienzo" para el resto de su carrera como actor.

"Creo que teníamos solo 16 años cuando Emma Watson, Rupert Grint y yo fuimos premiados por la revista Empire por nuestra 'destacada contribución al cine', así que no podemos negar que Harry Potter ha sido un gran trampolín para nuestras carreras", explicó el actor, que ya tiene 21 años.

Radcliffe tenía sólo 11 años la primera vez que cogió la varita del Mago Harry Potter. Daniel Radcliffe.

Guarda las primeras y diminutas gafas que lució para caracterizarse como Harry Potter y lloró el último día de rodaje de la saga, pero Radcliffe reconoce que ha sido "un alivio" terminar esta etapa y confía en que, "después de haber p
articipado en una serie de películas tan importantes para la industria cinematográfica británica", tendrá oportunidad de hacer otras cosas que le permitan seguir creciendo como actor.

De momento, ya prepara su vuelta a los escenarios con la obra How to Succeed in Business Without Really Trying, un musical que se estrenará en Broadway (Estados Unidos) la próxima primavera, y será el protagonista de la producción cinematográfica independiente Woman in Black.

Sin embargo, el joven, que debutó en el mundo
de la actuación con tan solo 10 años en el telefilme David Copperfield, no se deja llevar por la fama y el dinero atesorados en su precoz aunque intensa carrera y afronta con humildad su futuro tras cerrar la etapa como Potter.

"Sé que a partir de ahora tendré que trabajar el doble. Llevo casi toda mi vida haciendo esto, actuando, y sólo quiero mantenerme así y seguir teniendo la oportunidad de participar en proyectos interesantes", comentó Radcliffe, quien espera poder seguir compatibilizando su carrera cinematográfica con el teatro.


Confiesa que no lee todo lo que escriben sobre él porque no le gusta "leer las cosas malas" que publica cierto tipo de prensa, pero conoce el peso de la fama y siente que tiene que ser "cuidadoso" para que no le vean en discotecas, ya que teme que lo que se diga de él pueda llegar a afectar a su carrera.


Tras el final de la saga, Radcliffe afronta su futuro con optimismo. Daniel Radcliffe.

Radcliffe se ha hecho adulto en la gran pantalla, ha aprendido que, cuando se crece, "no puedes recurrir a tus padres en busca de todas las respuestas y tienes que asumir tu propia mierda", pero sabe que su carrera no ha hecho más que empezar.


"Con suerte algún día dirigiré mi propia película. Me fascina todo lo relacionado con la industria cinematográfica, pero aún es muy pronto para dar un paso como ése, aún me queda mucho que aprender", afirmó.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Emma Watson y Rupert Grint buscan nuevos retos tras el final de Harry Potter

Emma Watson y Rupert Grint o, lo que es lo mismo, Hermione Granger y Ron Weasley en la saga Harry Potter, confesaron que se sienten "expectantes" tras el final de la heptalogía y "preparados" para asumir nuevos retos profesionales y personales.

Watson "celebró" el final del rodaje con un radical corte de pelo a modo de "bienvenida de la nueva etapa", que para ella está llegando "de forma gradual".

"Hemos terminado el rodaje de Las Reliquias de la Muerte, pero aún nos queda la promoción de la segunda parte y todavía no siento que esto se haya acabado", comentó Watson en Londres, donde se está presentando a la prensa la primera parte de la última entrega de la saga.

Hace un par de años no lo tenía tan claro, pero ahora sabe que seguirá en el mundo de la actuación, ya que se siente "muy satisfecha" con su interpretación en las dos últimas películas, algo que le ha dado "la suficiente confianza" para animarse a seguir en la industria del cine.

"Seguiré actuando, pero también seguiré haciendo muchas otras cosas. No puedo estar sin hacer nada. Me gusta escribir, trabajar como modelo, dise
ñar... Soy muy joven todavía, me siento capaz de cualquier cosa", explicó la actriz, que hace un par de años comenzó a estudiar arte en una universidad estadounidense.

En estos años en los que ha estado en la primera fila del panorama cinematográfico, Watson ha podido sentir también que la fama tiene un precio.


"La gente a veces es adorable, pero otras veces sientes que saben todo sobre ti, sobre tus padres, sobre cualquier cosa", manifestó la actr
iz, quien confesó que lo que más ha echado de menos en estos años ha sido "tener tiempo para cometer errores".

Pese a todo, se siente "orgullosa" de haber completado "el viaje de Hermione", aunque reconoce que "no siempre fue fácil crecer así".



Radfliffe, Watson y Grint en la presentación de Las Reliquias de la Muerte en Londres. Daniel Radcliffe.

Por su parte, Grint, que junto a Watson y a Daniel Radcliffe, el protagonista de la saga Harry Potter, ha pasado una década de su vida en el set de rodaje de una de las franquicias cinematográficas más rentables de la historia, reconoce que lo que más ha echado de menos es "tiempo para hacer cosas normales, como esquiar o tocar en un grupo".


Echará de menos a Ron y el ambiente de rodaje, pero se siente "aliviado" con el final y "preparado para afrontar nuevos retos".

También para Grint la fama tiene un lado negativo, ya que "no puedes confiar en cualquiera y nunca sabes si se acercan a ti por ser quien eres o porque de verdad quieren ser tus amigos", pero si dentro de unos años le pidieran hacer una octava parte de Harry Potter, "repetiría" sin pensárselo.

jueves, 11 de noviembre de 2010

El comienzo del final de Harry Potter en una película más adulta y oscura

El principio del fin de la saga Harry Potter llega a la gran pantalla con Las Reliquias de la Muerte I, una cinta llena de emoción y aventuras en la que Harry, Hermione y Ron tendrán que enfrentarse a las fuerzas oscuras que ponen en peligro su amistad para derrotar al malvado Voldemort.

Más adulta y más oscura que las anteriores entregas, la séptima película de la saga cinematográfica basada en los libros de la británica J.K. Rowling es la primera que transcurre enteramente fuera del tradicional ambiente escolar de Hogwarts.

"Creo que esta película va a atraer a mucha más gente, no sólo a los fans", comentó Daniel Radcliffe, el joven actor que durante casi diez años ha interpretado el papel de Harry Potter y que ha presentado en Londres a los medios de comunicación una cinta que finalmente no llega a los cines en 3D como estaba previsto, por falta de tiempo para hacer una versión tridimensional de calidad.

Para Radcliffe, cuando Harry, Ron y Hermione salen del "ambiente familiar de Hogwarts" se sienten "más vulnerables" porque no cuentan con la protección de ningún adulto y además se encuentran "en constante peligro de muerte".

La amenaza constante de los esbirros de Voldemort persigue a los jóvenes magos desde el inicio de la cinta, que comienza con una secuencia llena de acción, la favorita de Radcliffe, en la que seis de los amigos de Harry toman una pócima para adoptar su imagen y conseguir despistar así a los malvados mortífagos que quieren acabar con su vida.



Emma Watson, la actriz que encarna a Hermione Granger, afirmó que "es importante que el público se dé cuenta de lo que implica ser amigo de Harry. Para seguirle, Hermione tiene que dejar atrás a sus padres y ese es el mayor sacrificio que tiene que hacer en su vida".

Aunque la amistad del trío protagonista parece blindada, las fuerzas del mal, a través de los Horrocruxes que encierran el alma de Voldemort y que los jóvenes magos deben encontrar y destruir, hacen que la confianza que les une se tambalee.


"Ron echa de menos a su familia, no confía en Harry ni en la relación que tiene con Hermione y teme que las fuerzas oscuras se apoderen de él", explica Rupert Grint, quien ha interpretado a Ron Weasley, el pelirrojo y risueño amigo de Potter, en todas las entregas.


El futuro del mundo de la magia y del mundo muggle -el de los seres humanos sin habilidades mágicas- está en las manos de estos tres jóvenes que se dan cuenta de que ningún lugar es seguro y no pueden confiar en nadie.


El director David Yates, que ya dirigió Harry Potter y la Orden del Fénix (2007) y Harry Potter y el misterio del príncipe (2009), está a cargo de la adaptación cinematográfica del último libro de la saga, que se ha divido en dos partes.


"Decidimos hacer dos películas porque en este último libro no se podían suprimir subtramas, era imposible resumir el argumento en una sola cinta, así que se tomó la decisión creativa de dividir Las Reliquias de la Muerte en dos", argumentó Yates, quien dijo que Rowling ha quedado "encantada" con el resultado.

Helena Bonham Carter, Ralph Fiennes, Rhys Ifans y Alan Rickman completan el reparto de esta película que tiene como escenario algunas de las calles más conocidas del centro de Londres.

Precisamente en esta ciudad, en uno de los cines del West End, se celebró hoy la premier de la película, que congregó a cientos de fans que esperaban poder conocer en persona a las estrellas de un filme que no llegará a los cines hasta el 19 de noviembre.

Un poco más tendrán que esperar los millones de seguidores de la saga para ver en la gran pantalla el desenlace de la franquicia cinematográfica más rentable de la historia. Será en julio de 2011 y, esta vez sí, en 3D.

Sor Teresa, una vida dedicada a los inmigrantes españoles en Londres

Sor Teresa, hermana de la Caridad que ha dedicado más de la mitad de su vida a los inmigrantes españoles que viven en Londres, recibió hoy un emotivo homenaje en agradecimiento a los más de 50 años de entrega y dedicación a los necesitados.

La vida de los inmigrantes españoles en el Reino Unido no era nada fácil cuando Alicia Jimeno Martínez, apodada sor Teresa por las hermanas inglesas de su congregación, llegó a Liverpool en 1964.

Tal y como ella misma relata, "en aquella época no había conciertos migratorios con el Reino Unido, los españoles llegaban prácticamente de forma ilegal, no sabían hablar inglés y muchos ni siquiera sabían leer y escribir en español, pero eran gente muy trabajadora y honrada a la que yo ayudé con gran alegría".

Un año después de su llegada a Liverpool, en 1965, sor Teresa se trasladó a Londres, ciudad que ha sido testigo de su importante labor en apoyo a inmigrantes en situación de exclusión social, como mayores hospitalizados y personas encarceladas.

Uno de los motivos por los que su labor será más recordada es por la ayuda que prestó a las madres solteras españolas a las que en el Londres de los años 60 y 70 acogió en la "Casa de Nuestra Señora de Belén", que posteriormente ampliaría sus funciones como guardería.

"Cuando encontraban trabajo, como internas en alguna casa, estas madres solteras se llevaban allí a sus hijos y su labor era tan impecable que el niño acababa creciendo allí como uno más de la familia", relata sor Teresa.

Ayudar a los trabajadores con los trámites burocráticos para legalizar su situación, dar clases de castellano a los niños de raíces españoles que se criaron sin conocer España e impartir catequesis han sido otras de las muchas labores de esta incansable trabajadora, que también ha prestado sus servicios en Madrid y París en distintas etapas de su vida.

A sus 84 años y por cuestiones de salud se despide de la capital británica "con pena, pero con la alegría" de llevarse "muchísimo cariño", para trasladarse a Madrid, donde le espera aún una tarea muy importante: "rezar mucho" por todos a los que deja atrás.

Sabe que todavía queda mucho por hacer, que los inmigrantes españoles en Londres aún tienen muchas necesidades "físicas y humanas", porque muchos de ellos siguen sin hablar inglés.

"Son muy mayores, están en un hospital y no saben pedirle esto o lo otro a la enfermera. Se crea una situación de soledad que puede llegar a una saturación patológica", comenta con tristeza.

Sin embargo, lugares como el Centro de Mayores Miguel de Cervantes de Londres, donde hoy se celebró el homenaje, tratarán de seguir la labor y ejemplo de sor Teresa.

El embajador de España en el Reino Unido, Carles Casajuana, agradeció a la religiosa su "dedicación exclusiva, al cien por cien" a niños, personas mayores y enfermos mentales, "a los que llenó de alegría y consiguió que sus vidas fueran, tal y como a ella le gusta decir, una fiesta".