Danilo Villafañe, un indígena arhuaco de la Sierra Nevada  de Santa Marta en Colombia, está en Londres para pronunciar una  conferencia con el objetivo de defender la biodiversidad del planeta e  intentar acabar con "el materialismo que domina al hermano pequeño" (la  civilización occidental).
Hace cuatro años, los mamos,  los hombres sabios de los arhuacos, decidieron que había llegado el  momento de empezar las conversaciones con el "hermano pequeño", los  hombres que, aunque nacieron fuera de la Sierra Nevada, tanto daño han  hecho a esta montaña que se eleva 5.775 metros a tan sólo 42 kilómetros  del mar Caribe.
"El hermano menor está descubriendo  que el planeta se enferma, que tiene problemas y que el problema lo está  causando el ser humano. Nosotros lo hemos tenido claro siempre, por eso  queremos hablar con las personas que están preguntándose qué está  pasando y quieren cambiar las cosas", explicó Villafañe.
Villafañe, que hoy pronuncia una conferencia en el King's  College de Londres sobre la biodiversidad de Colombia, contó que la  misión de su cultura es "cuidar el mundo", una misión que se expresa  incluso en sus viviendas y en su forma de vivir.
Los  arhuacos, junto a los kogui, los wiwas y los kankuamos, otras de las  tribus que habitan en la Sierra Nevada de Santa Marta, lo han tenido  difícil en las últimas décadas para proteger lo que ellos consideran su  "tierra sagrada".
Primero llegaron los huaqueros,  saqueadores de tumbas indígenas que buscaban expoliar los tesoros de los  enterramientos de los líderes de tribus ancestrales.
Después,  comenzaron a proliferar las plantaciones de marihuana, de hoja de coca y  de flor de amapola, lo que supuso la deforestación de la montaña para  obtener más campos de cultivo y la generalización de la violencia de  mano de los narcotraficantes y paramilitares.
Ahora el  cambio climático amenaza con el deshielo de los glaciares de la sierra y  las grandes empresas con la explotación de minas, la creación de  presas, la agroindustria a gran escala y el turismo de masas.
Los problemas han cambiado, pero el resultado sigue siendo  el mismo: la tala desequilibra la montaña como "fábrica de agua" de la  región, los ecosistemas, la flora y la fauna, resultan dañados y los  arhuacos se ven despojados de sus tierras ancestrales.
"El  ser humano tiene que dejar de preocuparse de sí mismo y de su  enriquecimiento, cambiar la mentalidad para darse cuenta de que puede  elegir entre hacer las cosas bien y hacerlas mal y asumir su  responsabilidad", defendió Villafañe para quien "hay sitios sagrados que  deberían dejarse intactos, porque bastante daño se ha hecho ya".
En los últimos cinco años, los arhuacos han recuperado  10.000 hectáreas de campos dedicados al cultivo de coca que ahora se  están encargando de reforestar.
Sin embargo, como  explica este indígena y conferenciante, "hay que anticiparse y la  prioridad ahora es conseguir fondos para garantizar que la sierra no la  toquen".
Juan Mayr, activista muy vinculado con las  tribus indígenas de la Sierra Nevada y ministro de Medio Ambiente de  Colombia entre 1998 y 2002, participará junto a Villafañe en la  conferencia en el King's College.
Para Mayr, Sierra  Nevada es "el corazón del mundo", un lugar "único" que posee todos los  pisos térmicos, desde el cálido seco hasta el de nieves perpetuas.
Mayr defiende además que esta montaña ha sido el lugar de  origen de muchos problemas que después se han expandido al resto del  país, como el narcotráfico y los grupos paramilitares, por lo que ahora  que comienza a sufrir los efectos del cambio climático debería ser "un  foco de atención global, más allá de Colombia".
Aunque  desde 1991 la Constitución colombiana ha otorgado a los indígenas los  mecanismos legales necesarios para la defensa de su territorio, Mayr  opina que "aún queda mucho para que lo que está escrito por ley se  convierta en una realidad".
"Sin embargo la situación  en la zona ha mejorado. Hay menos violencia y esto, aunque positivo,  está disparando el precio de las tierras. Por eso es tan importante  conseguir fondos cuanto antes para que la zona vuelva a manos de los  indígenas que se están encargando de regenerar la montaña para recuperar  su equilibrio hídrico y mantener la biodiversidad".
 


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