Hace cuatro años se celebró la primera edición de "Casa Abierta", una iniciativa que convoca a los artistas de origen argentino del panorama actual para mostrar lo más representativo de sus producciones en la vivienda del embajador de su país en la plaza londinense de Belgravia.
La casa acoge obras de arte, pero no por ello se reconvierte en museo, sino que más bien es objeto de una redecoración gracias a los trabajos de estos artistas de vanguardia que adornan los muebles, cuadros y esculturas habituales.
Un césped que crece entre las losas de mármol de la entrada da la bienvenida a los visitantes, que unos pasos más allá pueden ver cómo la figura de una "mujercita" se afana en tejer un enorme ovillo de lana que reposa sobre una silla, una obra que muestra el interés por los objetos inanimados diminutos de la artista Liliana Porter.
No todas las figuritas de Porter se han colado a la casa para construir: un hombre de unos tres centímetros de alto ha reducido a añicos un jarrón de porcelana china y otra de las figuritas ha garabateado uno de los espejos que penden habitualmente de la pared de una de las habitaciones.
Una de las figuras de la argentina Liliana Porter transforma la decoración de la residencia del Embajador en "Casa Abierta 2010". Embajada de Argentina.
El comisario de la exposición, Fernando Farina, explicó que la muestra se organizó, precisamente, "respetando la casa, acomodando algunas de las obras a la decoración habitual, pero cambiando su funcionalidad".
Como ejemplo de este cambio en la función de los elementos de la vivienda, un par de porterías diseñadas por el escultor Pablo Reinoso ocupan el comedor del que, tras retirarse la mesa y las sillas del centro, sólo ha quedado la platería.
"Nos hemos imaginado una casa determinada por la presencia de un embajador medio excéntrico, pero, además, por otro tipo de fuerzas, fantasmas, cosas ajenas a él, pero que transforman la casa porque no todo es controlable", explicó Farina.
El comisario destacó el carácter "crítico e irónico" de los artistas argentinos que, sin embargo, no dejan de lado lo estético, ya que "utilizan la belleza como anzuelo para atraer la mirada de un espectador que luego se encuentra con algo inquietante".
Las fotografías de Nicola Constantino -que aparece en sus instantáneas junto a una doble que creó para no dejar de trabajar tras ser madre, pero que al final ha acabado compitiendo con su yo real- y de Marcos López -que emplea elementos como la sangre para denunciar la violencia- son ejemplo de ese juego entre estética y denuncia.
El veterano León Ferrari es otro de los artistas reivindicativos, y participa en esta muestra con un mural que tiene como base páginas de "L'Osservatore Romano".
También se pueden ver en la casa obras clásicas del arte argentino como la performance de Marta Minujin, realizada en 1985, en la que ella misma aparece pagando de forma simbólica la deuda externa argentina con la entrega de mazorcas de maíz, consideradas el "oro" latinoamericano, al artista estadounidense Andy Warhol.
1 comentario:
Hola Carmen, soy Guillermo, becario de Efe en Barcelona. ¿Podrías pasarme tu dirección de e-mail para contactar contigo? Gracias!
gximenis(arroba)gmail.com
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