Los inversores han apoyado masivamente la salida a Bolsa de la red social
LinkedIn que, con 100 millones de usuarios y pese a los riesgos que entraña su
empresa, según reconocen sus propios responsables, aspira a convertirse en una
herramienta imprescindible para la búsqueda de talento.
El pasado 19 de
mayo, el día de su estreno en Wall Street, las acciones de LinkedIn llegaron a
cotizar un 146 % por encima de su valor hasta alcanzar los 110,7 dólares, lejos
de los 45 dólares de salida, lo que pronto desató los temores a que se esté
gestando una nueva burbuja tecnológica.
El riesgo está ahí, tal y como los
responsables de LinkedIn admiten en el folleto de información para su salida a
Bolsa presentado ante la Comisión del Mercado de Valores estadounidense (SEC por
sus siglas en inglés): "tenemos un corto historial de operaciones en un mercado
que aún no está consolidado por lo que resulta difícil evaluar nuestras
perspectivas de futuro".
Sin embargo, LinkedIn, con el impulso de su salida
al mercado, reúne apoyos para afrontar ese futuro incierto en el que espera
posicionarse como herramienta imprescindible para la búsqueda de talentos (o de
oportunidades de trabajo) con una tecnología que facilita la selección de
perfiles en un medio tan masivo, y por ello inaccesible en ocasiones, como es
internet.
Pretende continuar además con un crecimiento viral que se
retroalimenta: a mayor número de usuarios, más fácil será encontrar lo que se
busca y más popular será el sitio.
Con un usuario nuevo cada segundo el
crecimiento de esta red social parece imparable, de manera que LinkedIn ha
pasado de los 55,1 millones de miembros de 2009 a los 90 con que terminó el año
2010 y ha sobrepasado actualmente los 100 millones de perfiles de profesionales
de 200 países diferentes.
La renovación tecnológica forma parte importante
de sus planes de futuro, con la perspectiva de mejorar de forma constante sus
motores de búsqueda para poder asumir una base de datos que no para de crecer y
con la meta de "trabajar donde sus usuarios trabajen", es decir, en móviles,
tabletas y otros dispositivos a los que planean llegar con aplicaciones tan
potentes como la propia web.
Tras el éxito de su expansión a países como
Australia, Canadá, Francia, India, Irlanda, Países Bajos y Reino Unido, la red
social especializada en perfiles profesionales proyecta continuar su expansión
hacia otros territorios.
El potencial comercial de la red resulta innegable.
Según la consultora Nielsen, el perfil de los usuarios de LinkedIn corresponde a
personas con rentas altas, que toman las decisiones de compra de su hogar y
tienen una formación por encima de la media de los usuarios de otras redes
sociales.
La base de datos de LinkedIn es, pues, el sueño de cualquier
vendedor, que puede solicitar el apoyo de la red social para establecer públicos
objetivos, segmentados por infinidad de criterios, a los que dirigir sus
anuncios de forma más certera. Solo en los primeros tres meses del año 4.800
empresas hicieron uso de los servicios de marketing de la red social.
"Nuestros usuarios, empresas y organizaciones profesionales están iniciando
el camino para aprovechar el poder y potencial de nuestra red y base de datos
profesional", afirma el folleto presentado a la SEC, un texto en el que la
compañía cita entre sus fortalezas el hecho de haber aprovechado la oportunidad
de negocio de alzarse como la primera red social profesional.
Oportunidades
y fortalezas a parte, los responsables de LinkedIn reconocen que su proyecto
entraña riesgos que no son nada desdeñables.
Temen no poder adaptar su
tecnología al ritmo que requieran los tiempos, admiten que un problema de
seguridad o robo masivo de datos podrían suponer una desbandada masiva de
usuarios y, debido a las importantes inversiones que están realizando, no
esperan obtener beneficios en el ejercicio correspondiente a 2011.
Además,
esperan competencia y barajan la posibilidad de que un cambio en la legislación
sobre privacidad dé al traste con la parte comercial de su negocio.
De
momento, 100 millones de profesionales apuestan por compartir su currículum a
través de esta web, los inversores han recibido con entusiasmo los 7,84 millones
de títulos que salieron el jueves a la venta y solo el tiempo dirá si los
agoreros que hablan de una nueva burbuja tecnológica tenían o no razón.
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