La historia de Silvia, una joven que lucha por recuperar su vida y sobreponerse 
a los abusos sexuales que sufre desde niña, centra el argumento de "No tengas 
miedo", lo nuevo del cineasta Montxo Armendáriz, que, en su investigación para 
el filme, se ha dado cuenta de que "en cada víctima hay una película". 
Entrevistar a psicólogos, terapeutas y víctimas de abusos durante la 
infancia, elegir un punto de vista y una historia que trasladar al cine y 
adoptar un tono "alejado del morbo, de lo truculento y del amarillismo", son 
solo algunas de las difíciles tareas a las que Armendáriz se ha enfrentado 
durante los dos años de trabajo que ha dedicado a esta dura película. 
Protagonizada por Michelle Jenner (Silvia), Lluís Homar (padre y abusador de 
la protagonista) y Belén Rueda (madre), "No tengas miedo" llega el próximo 
viernes a los cines, no solo para denunciar un tema que en muchos casos aún 
resulta tabú, también "para hablar de la lucha de una de una persona que cada 
día, con fortaleza y un coraje encomiable, se enfrenta a la necesidad de rehacer 
su vida". 
Armendariz durante el rodaje de la película. Oria Films.
Libros, otras películas que abordan el tema y testimonios, sobre 
todo testimonios, han ayudado a Armendáriz a componer este estremecedor relato 
sobre los abusos a menores y a crear un personaje, el de Silvia, que consigue 
hablar más a través de sus silencios que de sus palabras. 
"En la mayoría de 
víctimas hay una ocultación de todo lo que está pasando, no verbalizan sus 
emociones y sentimientos, algo que solo cambia tras un proceso de terapia y 
mucho tiempo", ha explicado a Efe Armendáriz, que consigue trasladar al cine ese 
recorrido con una víctima que solo con los años acaba reconociendo que su vida 
es un vaso hecho añicos que se siente incapaz de recomponer. 
Con el objetivo 
de mostrar que los abusos a menores en el ámbito familiar es una situación más 
común de lo que generalmente se piensa, el director decidió situar la acción de 
"No tengas miedo" en el seno de una familia de clase media alta. 
Según 
Armendáriz, si hubiera elegido una familia "marginal o desestructurada" el 
espectador podría pensar "eso en mi familia no pasa", un error, porque "este 
tipo de hechos tremendos y horrorosos ocurren en las mejores familias". 
Un 
padre ejemplar de cara a la galería, una madre que prefiere mirar hacia otro 
lado y una niña cuyo retraimiento nadie comprende, componen el particular 
ambiente familiar de una historia que se ayuda de los testimonios de víctimas de 
abusos para contar todo aquello que Silvia no es capaz de verbalizar por sí 
misma. 
"Esos personajes están basados en testimonios reales, cada uno es una 
mezcla de casos para dejar claro que la historia de Silvia no es un caso único", 
relata Armendáriz. 
Uno de estos personajes lleva al espectador al otro lado 
de los abusos, al del abusador, que en muchos casos fue víctima durante su niñez 
y que con los años se rebela contra ese sufrimiento haciendo nuevas víctimas. 
Según Armendáriz, para comprender, nunca justificar, los motivos de quienes 
abusan de niños, "tienes que dar un gran salto y ponerte en su lugar. No los 
puedes juzgar desde tu punto de vista, porque ellos actúan desde una realidad 
absolutamente distorsionada: para ellos lo que hacen no es monstruoso, sino que 
forma parte de su vida". 
Hacía seis años, desde "Obaba", que Armendáriz no 
volvía a la gran pantalla, un lapso de tiempo que justifica por "un par de 
proyectos que al final no salieron" y por los dos años dedicados a esta cinta, 
que vuelve a servir al cineasta como herramienta de denuncia social, un tipo de 
cine que él comprende que no siempre encaja con el gusto del espectador. 
"Así es la sociedad que tenemos. Ante los gustos y las decisiones del 
espectador no se puede hacer nada. Lo que hay que preguntarse es por qué la 
gente va a ver determinado tipo de cine. Marketing, promoción, distribución..., 
hay una serie de elementos que condicionan la decisión del espectador", dice 
Armendáriz, que, pese a todo, no renuncia a contar "historias que es necesario 
contar".

 


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