Compartir contenidos en la red de forma abierta, a través de las licencias de
protección de la propiedad intelectual Creative Commons (CC), es "la llave de la
democracia" que permite abrir las puertas a la libertad de expresión en la red,
afirma el presidente de CC, el japonés Joi Ito.
"Cuando la gente puede
hablar, puede convencer", ha explicado Ito en una entrevista en la que
comparó el poder revolucionario de la imprenta con el de internet, un lugar "que
tiene mucho que ver con la comunicación, con hablar, pero también con el
coraje", como a su parecer se ha puesto de relieve en las revueltas que ha
vivido recientemente el mundo árabe.
Gracias a la red, "cada persona tiene
voz, aunque sea solo en 140 caracteres", un fenómeno que según Ito no perjudica
a los medios de comunicación, "que atraviesan una crisis particular debido a los
cambios que se están produciendo en su modelo de negocio", sino que por el
contrario permite que un japonés acceda a un artículo de un periódico español
gracias a un bloguero que lo ha traducido.
Para Ito, que además de
presidente de CC es director del MIT Media Lab, uno de los centros de educación
e investigación tecnológica más punteros, no hay que creerse todo lo que aparece
en la red, "pero tampoco todo lo que publican los medios", puntualiza.
Por
ello aconseja a los internautas "consultar varios medios y hacerse preguntas
para acercarse a la verdad" con el argumento de que "lo más interesante de la
Wikipedia no son los artículos, son las discusiones que hay detrás de ellos".
Sobre la verdad de CC versa el libro The Power of Open, cuya traducción al
castellano ha presentado Ito en Madrid y que reúne una treintena de experiencias
sobre cómo usuarios y empresas han protegido y compartido sus creaciones a
través de este sistema y han conseguido al mismo tiempo hacerlas rentables.
Portada del libro. The Power of Open.
Ito busca desvincular a CC de la idea de la piratería: "nadie obliga a nadie
a compartir sus contenidos gratuitamente, sino que CC ayuda a los creadores a
dar una expresión técnica y legal a la decisión de cómo quieren hacer llegar sus
contenidos".
De hecho, no cree que vaya a contribuir a dar una solución al
problema de la piratería, porque "en el corto plazo, los piratas seguirán sin
preocuparse de las cuestiones relativas al copyright y CC consiste en trabajar
con gente que respeta los derechos de autor".
CC tampoco es sinónimo de
gratis. Ito alude a los ejemplos que recoge libro, pero también a los de medios
de comunicación como Al Jazeera que emplean esta licencia para agilizar los
trámites para compartir vídeos "lo que no les da dinero, pero sí reputación".
Del mismo modo anima a los músicos a que, "al margen de las agencias de
gestión de cobros de los derechos de autor a las que todo el mundo odia y nadie
quiere pagar", compartan sus contenidos porque "cuando alguien encuentra a su
grupo favorito entre miles de canciones que no le gustan, está dispuesto a
gastarse el dinero que haga falta en conciertos y camisetas".
"A largo
plazo, los recursos abiertos siempre, o casi siempre, acaban triunfando, como la
democracia se impone a los dictadores", ha comentado en referencia al avance de
Android frente a Apple, un agente "que ha controlado los márgenes del mercado,
pero también le ha añadido valor".
Ito lamenta que la humanidad se encuentre
tan influida por la idea que surgió con los estudios de Adam Smith de que el
hombre es egoísta por naturaleza y considera que CC contribuirá "a devolver a la
creación artística a las raíces de por qué creamos y por qué compartimos, que no
tienen nada que ver con el dinero".
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