Gamefest reúne estos días en Madrid lo último en videojuegos, pero, entre tantas
novedades, máquinas recreativas, disquetes de ordenador y figuras pixeladas se
han colado para recordar a los aficionados cuáles son los orígenes del ocio
digital interactivo.
Un Sonic de dimensiones descomunales da la bienvenida a
los visitantes de Gamefest, un homenaje al erizo azul de SEGA en su vigésimo
aniversario y anticipo de las decenas de guiños que tiene reservada esta feria a
los más nostálgicos.
Los niños no saben quién es Sonic, pero muchos padres
insisten en fotografiar a sus hijos junto al erizo, que acaba ejemplificando
cómo si un personaje se cuida y actualiza nunca pasa de moda.
Esa misma
sensación de inmortalidad es la que irradia Super Mario Bros, que pese a haber
superado ya el cuarto de siglo de existencia sigue protagonizando nuevos títulos
y hoy ha sido homenajeado con un panel en el que sus admiradores podían
dedicarle sus mensajes bajo el lema "soy tan fan de Mario...".
Los mensajes,
de los más románticos al estilo "Soy tan fan de Mario que buscaría a su princesa
por todos los castillos", a los más prosaicos "porque cobra sin trabajar, nada
más por dar saltos", han recordado a la estrella de Nintendo, que acaparaba
atenciones más allá de las colas que concentraban esperados juegos como las
nuevas entregas de Call of Duty y Uncharted.
Entre tanto despliegue
digital -Gamefest es un festival de nuevas tecnologías y gráficos espectaculares
aliñados con una sobredosis de decibelios- también hay espacio para propuestas
más mecánicas como la de la asociación de Usuarios de Máquinas Arcade y Pinballs
(AUMAP).
"Queríamos recrear el ambiente de un salón recreativo de los años
80", ha explicado Pachu Trujillo, directivo de AUMAP, que para alcanzar su
objetivo ha desplegado un total de 13 pinballs y diez recreativas, la más
antigua, de 1979.
Ejemplo de algunas de las máquinas arcade que se pudieron ver. AUMAP.
En el corazón de este homenaje al pasado está "Retrofest",
el espacio que Gamefest dedica cada año a videojuegos que triunfaban hace
décadas como el "Basket Master" del que fue protagonista el jugador de
baloncesto Fernando Martín o los títulos para el ordenador de 8 bits "Spectrum",
que se podían curiosear y hasta jugar.
La diseñadora Arantza Sebal,
aficionada a los videojuegos desde niña, sabe el interés que suscitan los
clásicos del videojuego y por primer año participa en Gamefest con un catálogo
de figuras pixeladas con protagonistas como el malévolo tentáculo morado del
mítico El Día del Tentáculo de LucasArts o los luchadores del Street
Fighter.
Su homenaje a los videojuegos del pasado no queda ahí. En una
sociedad en la que todo parece de usar y tirar, Sebal ha ideado un método para
dar una segunda vida a los disquetes y discos de 5 1/4, que se convierten en
curiosas portadas de cuadernos que ella misma fabrica.
Durante el fin de
semana, los amantes de lo vintage podrán volver su mirada a los videojuegos
del pasado con talleres para reparar ordenadores clásicos, componer "chiptunes"
(música sintética que abundaba en los juegos de los años 80 y 90) y
competiciones de juegos recreativos en esta feria que concluye el próximo
domingo y que, nostalgia aparte, está dedicada a lo último del sector.
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